Vaya a un lugar sagrado

John F. Marshal confeccionó vitrales ornamentados después de que el edificio de 102 años de la Primera Iglesia Metodista Unida Mayfield fuera destruido por un tornado que arrasó Kentucky el 10 de diciembre de 2021. Foto cortesía de Jennifer Walker.
John F. Marshal confeccionó vitrales ornamentados después de que el edificio de 102 años de la Primera Iglesia Metodista Unida Mayfield fuera destruido por un tornado que arrasó Kentucky el 10 de diciembre de 2021. Foto cortesía de Jennifer Walker.

El ruido del mundo ensordece nuestros oídos. Nuestra dependencia en la tecnología nos lleva a estar conectados a muchos aparatos por muchas horas al día. No podemos más que notar las noticias que nos informan de tanta violencia irracional, de la atroz discriminación, de los crecientes problemas, de comunidades que se desbaratan… y podríamos seguir con mucho más.

Afirmando que quiero mantenerme enterada, escucho, veo y absorbo estas historias sin fin. Después de un tiempo, las oscuras nubes de la ira, dolor y tristeza se asientan tan profundamente que a veces es difícil sentir otra cosa. Sé que la luz de Cristo está presente, ¿pero podrá Jesús vencer de verdad las tinieblas que parecen ser tan penetrantes? ¿Está Dios verdaderamente en control?

Busque refugio para encontrar esperanza

En momentos como estos, busco refugio en un lugar calmado, apartado de las ruidosas llaves que amenazan encerrar mi esperanza bajo llave. Algunas veces salgo a caminar. Algunas veces me acuesto en el piso de mi oficina, respiro profundo, lloro y oro. Otras veces, me siento en la banca de la iglesia.

Hay algo en pasar tiempo en el santuario de una iglesia que nos ofrece un sentido profundo de paz y consuelo. Para mí, me trae a la mente los recuerdos de la iglesia metodista unida histórica, la cual me hacía sentir como en casa durante mi niñez. Todavía recuerdo claramente los hermosos vitrales policromados, el majestuoso órgano de tubos y la rica voz de mi pastor, quien cantaba himnos con una profunda voz de barítono después de sus sermones.

Hay belleza en el quebrantamiento

Hace poco, una amiga me mostró una foto de un fragmento de un vitral que previamente había sido parte de una ventana del santuario de 102 años. El tornado destrozó la ventana. Un miembro de la iglesia recogió pedazos de vidrio de los escombros y los convirtió en arte. Los transformó en recuerdos visible del lugar que significó tanto para tantas familias por generaciones.

Ese pedazo de vidrio resonó conmigo. Me hizo recordar las filas de bancas rechinantes llenas de rostros amistosos, bañados por los coloridos rayos de luz que pasaban por las ventanas. Pero lo que habló a mi alma fue la nota que tenía esta obra de arte.

En parte, decía: “Este pedazo de vidrio fue testigo de muchos momentos felices, tales como bodas, bautizos, programas de Navidad y de niños, y otras cosas. También vieron momentos tristes como funerales y los honores dados a los jóvenes que fueron a la guerra. La luz de Dios alumbró a través de esos hermosos vitrales. Muchos decían, si tienes un mal día, ve a la iglesia, siéntate en el santuario y mira a las hermosas ventanas, y tendrás paz”.

¡Cuántas cosas asombrosas vieron estos vitrales! ¡Este era un lugar santo de celebración! Un lugar de adoración, dolor y sanidad. Un lugar para buscar y encontrar. Un lugar donde el Espíritu se movía, la gente se conectaba y se formaban innumerables recuerdos. Un lugar que está siendo reconstruido para continuar siendo un faro de esperanza.

Todos tenemos un santuario

Para cada uno de nosotros hay un lugar como este. Lo encontraremos donde sea que estemos. Nuestro santuario quizá no tenga vitrales, quizá ni siquiera tenga paredes, pero siempre tendrá la presencia de Dios.

Dios invita a todos a detenerse y buscar un descanso contemplativo. Es un lugar donde llevar nuestro miedo y frustración. Podemos lidiar con lo inexplicable, lo que no tiene respuesta o lo que nos llena de ira. No cabe duda, que si abrimos nuestros corazones, descubriremos la gracia inagotable.

¿Los momentos que pasamos en un santuario niegan el ruido negativo? No. Pero el tiempo que pasamos alejados del mundo puede ser el contrapeso perfecto en contra de la oscuridad generada por el conflicto, la devastación, el odio y el desastre. Sea que usted se aleje para irse al porche detrás de su casa, o que se acueste en el piso de su dormitorio, se meta en un closet o vaya a un santuario real, le pido a Dios que usted encuentre un lugar santo donde el Espíritu le hable, la rodee con la luz del amor de Dios y la llene de paz.

Laura Buchanan trabaja para UMC.org, en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese por email.

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