Las iglesias misioneras valientes y progresivas practican las disciplinas espirituales. Nuestro trabajo vital es una aventura espiritual basada en los medios de gracia de Juan Wesley, quien nos enseñó que no podemos ganarnos la gracia de Dios y que no debemos ser ociosos esperando experimentar la gracia sin involucrarnos en los medios de gracia. Los medios de gracia son maneras en que Dios trabaja en forma invisible en los discípulos, apurando, fortaleciendo y confirmando su fe, para que la gracia de Dios empape en y a través de los discípulos. Al examinar hoy los medios de gracia, podemos dividirlos en dos: obras de piedad y obras de misericordia.
Obras de piedad
Prácticas individuales – leer, meditar y estudiar la Biblia, orar, ayunar, asistir regularmente al servicio de adoración, vivir sanamente y compartir la fe con otros.
Prácticas comunales – compartir los sacramentos en forma regular, conferencia cristiana (llamarnos a cuenta unos a otros) y estudio bíblico en grupo.
Obras de misericordia
Prácticas individuales - hacer buenas obras como visitar a los enfermos y a quienes están en prisión, alimentar a los hambrientos y dar generosamente para las necesidades de otros.
Prácticas comunales – buscar la justicia, terminar con la opresión y la discriminación. Por ejemplo, Juan Wesley desafió a los metodistas a terminar con la esclavitud. Satisfacer las necesidades de los pobres.
Hacer discípulos por medio de formar congregaciones vigorosas y transformar el mundo como parte de la aventura espiritual que el Espíritu Santo capacita y guía mientras las iglesias se involucran en los medios de gracia. Las metas espirituales se logran a través de conectar los medios de gracia con prácticas de iglesia que son probadas, tales como la planificación, la dirección estratégica, la priorización y el tener un enfoque y alineación claros.
