“Me senté y lloré”, confesó José en la entrevista con la oficial de inmigración, al preguntarle lo que sintió cuando le avisaron que era perseguido por el ejército nacional de su amado país, Venezuela. Este joven tuvo que escapar de ahí para evitar represalias y, lo más probable, la muerte. Se sentía el dolor y sufrimiento que había pasado.
Cuando escuchamos la historia de José y de los miles de migrantes alrededor del mundo, podemos pensar si hay algo que podamos hacer. Quizás de manera individual, no podremos resolver los problemas de nuestra nación o comunidad, pero cada uno de nosotros podemos poner nuestro granito de arena para hacer la diferencia. A continuación, pastores y líderes metodistas unidos ofrecen algunas sugerencias en las cuales podemos hacer la diferencia para los migrantes en nuestras comunidades.
Algunas ideas:
- Ver a Dios en cada persona, como lo declaran nuestros Principios Sociales Metodistas Unidos. “Es importante ver a cada persona como criatura creada a imagen de Dios, a cada migrante, a cada prójimo”, dice la Rev. Paula Cripps-Vallejo, de la Iglesia Metodista Unida de Humboldt Park en Chicago, Il.
- Orar por los migrantes en tu congregación, comunidad y en el mundo.
- Si hablas inglés, servir como voluntario en clases de inglés como segundo idioma en tu comunidad.
- Servir como intérprete, si eres bilingüe, no hablando por los migrantes, sino dejándolos a ellos expresarse.
- Limpiar tu closet, si vives en una ciudad de clima frío, y donar ropa de invierno como abrigos, bufandas, gorras, guantes, suéteres y botas a tu congregación local. También puedes pedirle a tu pastora o pastor que lleve a cabo un evento de donación de ropa, abierto para todas las personas de la comunidad.
- Donar ropa apropiada para el clima, utensilios de cocina, para el baño, la recámara. Libros para diferentes edades en español, o en el idioma del migrante, libros de actividades para niños también son bien recibidos.
- Encontrar una manualidad como tejer bufandas y gorros, cobijas y colchas de retazos.
- Reunir juguetes pequeños para regalar a las familias con niños pequeños, asegurándote que son para la edad adecuada.
- Crear e imprimir, si tienes destrezas computacionales, tarjetitas con versículos bíblicos para dar ánimo a quienes sientas que han perdido la esperanza.
- Preguntar a tu congregación si existe alguna clínica legal de JFON (Justicia para Nuestros Vecinos) en tu comunidad donde puedas servir como voluntario. JFON es un ministerio de inmigración metodista unido con una red de 18 oficinas en Estados Unidos que brinda servicios legales de inmigración de alta calidad a bajo costo a migrantes víctimas de persecución, violencia y pobreza, y defiende los derechos y la dignidad de inmigrantes y refugiados. Los voluntarios ayudan a programar citas, brindar hospitalidad y dar la bienvenida en las clínicas legales, llevan a cabo la primera entrevista con los nuevos clientes, y mucho más.
- Organizar con otros miembros de su congregación una reunión-fiesta de nueva casa para migrantes recién llegados. Para esta fiesta, junto con tu grupo pueden buscar entre los utensilios del hogar que no usan y hacer canastas de regalos. Pueden ser desde platos o vasos, hasta muebles.
- Celebrar un día internacional con miembros de tu congregación, donde:
- Asistir a talleres y eventos comunitarios para aprender y apoyar leyes de inmigración justas
- Celebrar la diversidad de idiomas y culturas diferentes en los ministerios de la iglesia
- Planear un potluck de comidas tradicionales de los nuevos miembros de la congregación y de los antiguos miembros; así todos aprenden de las diferentes culturas y se enriquecen.
- Escuchar música tradicional de los migrantes.
Derecha: La pastora Paula Cripps-Vallejo con la voluntaria del año de JFON del 2016. Foto cortesía de NJFON.
Estas son solo algunas ideas, la lista puede ser interminable. Encuentra maneras de compartir el amor de Jesús con los migrantes en tu comunidad. “Como metodistas unidos, es importante ver que cada persona ha sido creada a imagen de Dios”, añadió Cripps-Vallejo.
“Para una persona, ayudar al migrante puede ser tan simple como donar de tu tiempo, esfuerzo y recursos”, comentó el Rev. Joel Hortiales, director de Ministerios Hispanos/Latinos y Asuntos Fronterizos, de la Conferencia de California-Pacífico de la Iglesia Metodista Unida. “Es sencillamente hacer lo propio. Lo resumiría al texto de Mateo 25:40: ‘… Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”, concluyó.
*Magdalena Meza trabaja para UMC.org en la Comisión Metodista Unida de Comunicaciones. Contáctala a través de correo electrónico o llamando al 615-742-5448.
Este artículo fue publicado el 26 de marzo de 2019.