¿Por qué las cenizas? Conectándonos con quienes somos y quienes podemos llegar a ser

En la calle, Ingrid McIntyre recibe las cenizas de manos de una capellana, Lindsey Krinks. Cerca de 30 personas se juntaron para compartir la liturgia del Miércoles de Ceniza y para concientizar respecto a los pobres que sufren por no tener un hogar. McIntyre es miembro de la Iglesia Metodista Unida de Franklin, Tenn. Foto por Kathleen Barry, Comunicaciones Metodistas Unidas.
En la calle, Ingrid McIntyre recibe las cenizas de manos de una capellana, Lindsey Krinks. Cerca de 30 personas se juntaron para compartir la liturgia del Miércoles de Ceniza y para concientizar respecto a los pobres que sufren por no tener un hogar. McIntyre es miembro de la Iglesia Metodista Unida de Franklin, Tenn. Foto por Kathleen Barry, Comunicaciones Metodistas Unidas.

Un miércoles al año, un día de febrero o marzo, uno ve gente con una mancha en la frente en el trabajo, la escuela y otros lugares. Entonces uno se acuerda que es Miércoles de Ceniza y que deben haber recibido la ceniza.

Usamos esta práctica que podría parecer extraña para marcar el primer día de Cuaresma. La gente va a la iglesia a mitad de semana para que un pastor o pastora les ponga ceniza en la frente.

A los comienzos de la iglesia el asunto era más dramático. El clero no usaba cenizas para dibujar con el pulgar la señal de la cruz en la frente de la gente. Más bien vertían o rociaban ceniza sobre sus cabezas.

Bajo otras circunstancias, la mayoría de nosotros saldría corriendo para evitar las cenizas. Pero hoy la práctica se hace popular. De hecho, el recibir la ceniza le habla a todo tipo de gente.

The Rev. Kim Kinsey applies ashes outside of her church building.

La Rev. Kim Kinsey le ofrece la ceniza a una joven fuera de la Iglesia Metodista de Cristo, Albuquerque, NM. Foto cortesía de la Rev. Kim Kinsey.

¿Por qué las cenizas?

En el United Methodist Book of Worship hay un sección llamada Servicio de adoración para el Miércoles de Ceniza. La sección da dos sugerencias de lo que la líder del servicio podría decir cuando dibuja la señal de la cruz en la frente de una persona: “Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás” o “Arrepiéntete y cree en el evangelio”. Cada una de estas expresiones se refiere a un aspecto de lo que las cenizas representan.

Recuerda que eres polvo…

Las cenizas han sido un antiguo símbolo de nuestra humanidad. En Génesis se nos dice que Dios creó al ser humano del polvo de la tierra (Génesis 2:7). La palabra hebrea que se traduce como “polvo” se usaba ocasionalmente para referirse a la ceniza.

Cuando Abraham sintió la necesidad de reconocer la diferencia entre él y el Dios infinito, habló de sí mismo diciendo “reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi Señor, yo, que apenas soy polvo y ceniza” (Génesis 18:27, NVI).

… y al polvo volverás

Nuestra humanidad nos recuerda que somos mortales.

Cuando Adán y Evan fueron expulsados del Jardín del Edén, se les dijo: “Porque polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:19, NVI). Una lección para todos nosotros.

En la antigüedad, la gente se echaba cenizas como señal de duelo. Por ejemplo, Mardoqueo se vistió de luto y se cubrió de ceniza para lamentar el que mucha gente moriría debido a la orden del rey de matar a todo el pueblo judío (Ester 4:1-3). El profeta Jeremías llamó al pueblo a que se revolcara en ceniza para lamentar la destrucción que vendría por el ejército enemigo (Jeremías 6:26).

El recibir la ceniza en nuestra frente es una manera poderosa de confrontar nuestra humanidad y mortalidad. Las cenizas nos recuerdan que no somos Dios, sino creación de Dios. Por las cenizas reconocemos que nuestros cuerpos son pasajeros y se nos fuerza a enfrentar el hecho de que todos moriremos.

Arrepiéntete…

La ceniza también representa el dolor por los pecados cometidos. En la antigüedad, la gente se vestía se arpillera y cenizas para expresar arrepentimiento por sus pecados.

Cuando Jonás fue obligado a predicar a la gente de Nínive después de que el pez lo lanzó a la playa, el rey y su pueblo se vistieron de luto y se sentaron en ceniza. Dios vio este acto de arrepentimiento y los perdonó (Jonás 3:1-10).

En el Nuevo Testamento, Jesús advierte a las ciudades de Corazín y Betsaida, diciendo: “Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza” (Mateo 11:21, RV60).

Dried palms being burned for Ash Wednesday ashes.

Las hojas secas de las palmas del Domingo de Palmas son quemadas para confeccionar las cenizas para el Miércoles de Ceniza. Foto por Kathryn Price, Comunicaciones Metodistas Unidas.

El Miércoles de Ceniza confrontamos nuestro pecado. Reconocemos que somos incapaces de vivir cómo el Creador quiere que vivamos. Nos damos cuenta de que necesitamos ser perdonados. No importa cuán lejos hayamos llegado en nuestro viaje espiritual, cada uno de nosotros ha pecado y ha quedado destituido de la gloria de Dios (Romanos 3:23).

Las palmas que se usaron el domingo anterior para recibir a Jesús como nuestro rey son quemadas para confeccionar cenizas. Así se nos recuerdan cuán lejos estamos de vivir para la gloria de Cristo.

… Cree en el evangelio

Aunque todo esto suena fatalista, no es el final de la historia. La Cuaresma nos lleva al Día de Resurrección, el día en que celebramos que, aunque nuestros cuerpos son mortales y nuestras vidas son defectuosas, el día de resurrección vendrá y viviremos en la presencia de Dios para siempre.

Un miércoles al año adoramos para recordar quienes somos y en la esperanza de lo que podemos ser.

Si usted busca un servicio de Miércoles de Ceniza, visite Encuentra-una-iglesia para localizar una iglesia metodista unida cerca de usted.

Joe Iovino trabaja en UMC.org, en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese usando el email: jiovino@umcom.org o llamando al 615.312.3733.

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