La naturaleza nos conecta con Dios

El año 2019, Jack Layfield sirvió como capellán del Appalachian Trail por 6 meses. Sus experiencias nos pueden ayudar a conectarnos con Dios en la naturaleza. Foto por Mike DuBose.
El año 2019, Jack Layfield sirvió como capellán del Appalachian Trail por 6 meses. Sus experiencias nos pueden ayudar a conectarnos con Dios en la naturaleza. Foto por Mike DuBose.

El tiempo que gastamos al aire libre puede fortalecer nuestra fe y revelarnos un significado más profundo, en nuestra vida diaria. Dios nos equipó con cinco sentidos, para ayudarnos a descubrir y apreciar mejor el mundo natural. Depende de nosotros el salir, participar y explorar.

Pocas persona podrán decir que han experimentado esto más que Jack Layfield. El año 2019, a los 67 años, Layfield sirvió como capellán del Appalachian Trail. En seis meses, recorrió 2,192 millas a lo largo de 14 estados. La perspectiva única de Layfield nos abre el camino para que todos entendamos cómo la naturaleza puede ser un bálsamo para el alma y una invitación a reflexionar.

“Nuestros cinco sentidos son bombardeados diariamente en el mundo. Nos impacta tanto todo el día”, dice Layfield. “Podemos lograr paz si estamos determinados a gastar tiempo en la naturaleza y si ponemos atención a lo que vemos en ella”.

Visión

“Cuando era joven, sabía que Dios había creado la naturaleza, desde las pequeñas hasta las grandes y majestuosas cosas que vemos”, comparte Layfield. “Eso fue una de las cosas tan buenas del Appalachian Trail. Uno podía ver las flores silvestres más pequeñas, las más diminutas criaturas. Pero también veía las montañas con hermosas vistas cuando uno alcanza la cumbre.

Póngalo en práctica: Vaya afuera o mire por la ventana. ¿Cuáles son las cosas más pequeñas que ve? ¿Cuáles son las más grandes? Tome un momento para maravillarse de cuán creativo es Dios. Medite en su propio lugar en la creación.

Lea la Escritura: Salmo 96:11-12

Sea que usted pueda usar tus cinco sentidos o solo uno, o si el tiempo que gasta en la ventana sea la forma más segura de experimentar la naturaleza, Dios le invita a usar uno o todos sus dones naturales para encontrarse con la belleza de la creación.

Audición

Cuando la gente le pregunta a Layfield por qué se fue de excursión por el sendero, responde: “Amo estar en la naturaleza. Me encanta gozar de la creación de Dios. Pero otra razón es que, después de un tiempo, pude experimentar la quietud del sendero, donde no se me bombardea con sonidos. Me sentí como si pudiese escuchar a Dios hablándome”.

Póngalo en práctica: 

Layfield empieza cada día sentándose en el porche detrás de su casa, escuchando a los pájaros y experimentando la quietud de la mañana. Trate de hacer lo mismo una vez esta semana. Traiga una taza de café y su Biblia.

Lea la Escritura: John 10:27-30

Gusto

“Durante mi excursión, casi cada noche comía fideos ramen”, dice Layfield. “La gente me preguntaba cómo era que comía eso todos los días. Les decía que son sabrosos. Siempre esperaba gustoso el comer los fideos. Creo que el estar en la naturaleza hace que las cosas tengan un mejor sabor. No digo que sea una opinión científica pero así funciona en mi caso”.

Póngalo en práctica: Lleve consigo un refrigerio o comida. Encuentre un lugar adecuado para un picnic. Coma lentamente, determinada a sentir el sabor de cada bocado. Agradezca a su entorno, a la comida y a cualquiera que vaya con usted.

Lea la Escritura: Salmo 23

Vaya de excursión con Jack Layfield

Después de terminar su excursión del Appalachian Trail, Layfield escribió más de 160 devocionales, y los recopiló en un libro, llamado On the Trail with Chappy Jack: Devotions for the Path You’re On.

“Jamás intenté escribir un libro. Sentí que el Señor hablaba a mi corazón para hacerlo”, declara Layfield. Cada devocional ofrece una historia de las aventuras que Layfield tuvo durante su excursión, así como un texto bíblico, una reflexión y una oración.

Layfield es un terapeuta de la salud mental jubilado, y actuó como Capellán del Appalachian Trail, lo que ocurrió por iniciativa de la Conferencia Anual Holston de la Iglesia Metodista Unida. Cada año, un nuevo capellán camina por ese sendero para entablar relaciones y compartir el amor de Dios con toda la gente con la que se encuentre. Todas las ganancias del libro de Layfield van a este ministerio que fue establecido el año 2013.

Olfato

“No notamos las cosas que olemos, a menos que sea algo notable, como un pastel de manzanas cocinándose en el horno,” dice Layfield. “En el sendero, después de que los excursionistas habían caminado por 2, 3 o 4 meses, se producía un fenómeno de que cuando otro excursionista, que no conocíamos, venía caminando en dirección opuesta, ocurría que al menos a unos 20 pies de distancia podíamos oler a dicho excursionista. Era un olor agradable como de jabón”.

Póngalo en práctica: 

Siéntese afuera por algunos minutos con los ojos cerrados. Respire profundamente varias veces. ¿Qué huele? Trate de identificar más de un olor. Recuerde que Dios lo creo a usted de esta tierra.

Lea la Escritura: 2 Corintios 2:14-17

Tacto

“Tengo un pequeño huerto, y me gusta cavar la tierra… No sé lo que hace la gente que tiene un huerto. Quizá hay algo en esta actividad que nos lleva a conectarnos con lo que una vez fuimos”, sugiere Layfield. “Quizá todo se remonta al Huerto del Edén. Quizá así sea.

Póngalo en práctica: Plante una semilla. Toque la tierra. Ensúciese. Cuide su nueva planta y toque sus hojas una vez que hayan brotado. Piense en el ciclo de crecimiento y de cómo usted lo imita en su vida espiritual.

Lea la Escritura: Génesis 1:9-12

Lleve la paz del creador a otros

Layfield recuerda las muchas expresiones de bondad que vio durante la excursión. Una mujer le ofreció llevarlo en su auto a pesar de su apariencia sucia y mal oliente. Alguien dejó buñuelos y termos con café caliente para que los excursionistas los encontraran al caminar por la nieve. Un extraño invitó a Layfield y a su compañero a una cena.

Nos dice: “Había gente como esta a lo largo de todo el camino. Era maravilloso”.

Póngalo en práctica: Como creaciones de Dios, estamos llamados a cuidar de la tierra y unos de otros. Una vez que haya encontrado la paz en la naturaleza, es tiempo de compartirla. ¿Cómo lo hará? Organice un picnic en su vecindario o enseñe a una persona joven los beneficios de alejarse de la tecnología. Considere las infinitas posibilidades y escoja una que traerá la luz de Cristo a quienes lo rodean.

Laura Buchanan trabaja para UMC.org en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese con ella por email.

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